En su día hubo pueblos habitados, hubo vida, pero desde hace décadas, siglos, El Payuelo es tierra de nadie, un gran altiplano situado en el límite de la comarca sureste de la provincia leonesa que asusta sólo visitarlo o, bastante más si tienes que atravesarlo o ir a trabajar a esta gran llanura deshabitada. Sin embargo, alberga una enorme variedad de fauna y de flora, de biodiversidad de la buena, de vestigios históricos. Hoy solamente gracias a las ayudas europeas de la PAC hacen que la tierra de ínfimo valor esté cultivada y no se haya convertido ya en un auténtico erial semidesértico.
Hablamos de un terreno situado en plena meseta, en el interfluvio del Cea y el Esla, un altiplano de más de 10.000 hectáreas con una altitud que oscila entre los 880 y los 920 metros sobre el nivel del mal, con relieves suaves, vallejos poco profundos y cuyos límites son: al sur, la línea de ferrocarril Venta de Baños-Gijón; al oeste, la terraza paralela al río Esla; al norte, la terraza de la carretera de Quintana de Rueda-Quintana del Monte; y al este, la carretera LE-6620 de Villamartín de Don Sancho a El Burgo Ranero. Aproximadamente las tierras del Payuelo corresponden a los municipios de Santa María del Monte de Cea (Villacintor y Villamizar), unas 2.600 hectáreas; Valdepolo (Quintana del Monte, Villaverde La Chiquita, Valdepolo, Quintana de Rueda y Saelices del Payuelo), 6.100 hectáreas; El Burgo Ranero (Villamuñío y El Burgo), 2.800 hectáreas; y Santas Martas (Villamarco y Reliegos), 1.200 hectáreas.
Payuelo, majuelo, mayuelo o pajuelo, de cualquiera de estas diversas formas derivadas se nombra este terreno pobre, este páramo desolado, siempre dependiendo de la costumbre que se maneje en cada pueblo. Así lo destaca el catedrático de Filología Hispánica de la Universidad de León, José Ramón Morala, en su libro ‘Toponimia y Diacronía de la Provincia de León’, un renombrado estudioso e investigador de la lengua leonesa –Lionés-. De hecho, es este un término algo despectivo o peyorativo en origen, pues el significado de poiolo es páramo de rañas, sedimentos poco apropiados para los cultivos, tierra pobretona.
Por el Payuelo pasa de soslayo la calzada romana (conocida como Vía Trajana) que parte de Calzada del Coto y finaliza en Reliegos
El primer documento donde aparece el término Payuelo es en el 971, bajo el reinado del rey leonés Ramiro III. La reina doña Elvira dona al Monasterio de Sahagún la villa de Fuentes del Payuelo. Se sabe que otro de los pueblos que existieron en la zona fue San Félix, de hecho se cree que el nombre del cercano Saelices (del Payuelo) deriva precisamente de la contracción de San Félix. Por extrañas razones, estos pueblos acabaron desapareciendo, aunque como otros muchos, se supone que las malas cosechas, la falta de agua, las epidemias y las guerras hicieron con sus pobladores, muertos o desplazados, hacia zonas más fértiles y seguras.
En los años 40-50 del siglo pasado se roturaron muchas de las tierras del Payuelo, que hasta ese momento eran puro monte de roble y encina, como otras muchas zonas de la misma comarca. Este altiplano estaba salpicado de corrales de ovejas, ganado que pastaba en extensivo y que se recogía por las noches en estas edificaciones ganaderas, de las que aún quedan vestigios de su diaria actividad.
Precisamente este paraje fue el germen del nombre con el que fueron bautizados los canales de riego Alto y Bajo, inaugurado el primero en 1993, y el segundo en 2013, una extensa zona de los conocidos nuevos regadíos en la provincia de León bautizados como Los Payuelos, denominación que por coherencia adquirió también la comunidad de regantes que gestiona el agua proveniente del embalse de Riaño, con sede en Sahagún, una infraestructura que llegó con más de 40 años de retraso y que lucha aún por seguir desarrollando las fases secundarias pendientes y necesarias para que el agua llegue finalmente a las fincas que ya pagan por un elemento que se resiste. Sin embargo, no conviene confundir el Payuelo con los Payuelos, aunque el nombre del segundo sea consecuencia del primero. La zona regable es mucho más extensa y tiene, aquí sí, los ríos Esla y Cea como límites extremos y la carretera de Valladolid N-601 como frontera de la parte suroeste.
Un gran aficionado a la historia que conoce de El Payuelo más que nadie es el vecino de Saelices, José Manuel, alias Chuche, quien de forma apasionada explica la evolución del Payuelo que lleva el apellido de su pueblo desde la época de la repoblación con la Reconquista peninsular. “En el siglo XV, Enrique IV de Castilla concedió el Señorío de Rueda que incluye El Payuelo, a la familia Enríquez, que eran almirantes de la flota del Reino, por unos hechos de guerra. Hacia 1700, con la guerra de Sucesión de la Corona española, como la Casa de los Alba apoyó a los Borbones, al ganar la contienda les quitaron el Señorío a los Enríquez y se lo dieron a la Casa de Alba. Sabemos que los pueblos limítrofes del Payuelo se quedaron con 230 hectáreas y que Rueda y Villamarco se quedaron con otra parte”, indica Chuche.
En el entorno cercano había cuatro monasterios, a los que se hicieron repetidas donaciones. A saber: Villaverde de Sandoval, San Pedro de Eslonza, San Miguel de Escalada y Sahagún. Con la Desamortización de Mendizábal a mediados del siglo XVII pasó casi toda la propiedad a terratenientes y a lo comunal, es decir, a manos de los concejos-juntas vecinales y ayuntamientos. Recuerda Chuche que Rueda del Almirante sigue subastando públicamente los quiñones/suertes del Payuelo cada año como prueba de un pasado histórico que perdura hoy en día, puesto que aún mantiene una parte de la propiedad de este terreno a pesar de la situación alejada del pueblo ubicado en la estratégica atalaya de la derecha del río Esla.
Por el Payuelo pasa de soslayo la calzada romana (conocida como Vía Trajana) que parte de Calzada del Coto y finaliza en Reliegos; por el Payuelo pasa el Cordel de la Mesta por donde los rebaños de las ovejas merinas hacían la histórica trashumancia en sus dos pasos anuales de junio y de octubre, un cordel absolutamente maltratado con los grandes arados que a cada vuelta han ido usurpando poco a poco las 110 varas de ancho que debería tener por ley, un cordel que es atravesado impúdicamente por el Canal Alto de Payuelos sin que quede un triste puente que le dé continuidad. Esta vereda ganadera también es atravesada sin ningún rubor por la autovía A-231 ‘Camino de Santiago’ León-Burgos, por la línea de ferrocarril León-Palencia y por la flamante línea del AVE; por el Payuelo atraviesan también dos líneas de alta tensión de oeste a este
Este redactor que suscribe ha atravesado el Payuelo en bici de montaña siguiendo el viejo Cordel de Merinas y ha comprobado con absoluta tristeza la usurpación del terreno ganadero por las vertederas de los arados y cómo lo cruzan las dos líneas de ferrocarril, la autovía León-Burgos y el Canal Alto de Payuelos sin ser superado por puentes o pasos subterráneos. Está la cosa cómo para organizar una Ruta Verde a pie o en bici por este patrimonio natural encaminado al ecoturismo. Porque al Payuelo nadie lo defiende.
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