CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS
Las formas y características constructivas de los palomares de Villafáfila son iguales coincidiendo con el resto de las provincias o comarcas limítrofes, auque dada la diversidad de comarcas que la provincia encierra en sus límites administrativos, sus palomares presentan una gran variedad de tipos, si bien, todos ellos obedecen a unos criterios comunes entre los que se puede citar:
El palomar es una construcción típicamente agraria rural y con un lugar propio dentro de lo que se denomina arquitectura popular.
Han sido construidos por generaciones de maestros albañiles locales que han repetido sus formas y han buscado la mayor simpleza a las soluciones constructivas.
Su finalidad es dar cobijo confortable a las palomas y facilitar el que aniden en ellos, teniendo como aprovechamiento los pichones para la mesa y la palomina como abono.
Su producción ha sido considerada como complementaria y de escasa importancia dentro la economía de las familias campesinas, de ahí, que sus construcciones fueran de poco coste recurriendo a materiales baratos y que estaban al alcance de la mano.
Los palomares de Tierra de Campos se caracterizan por una gran riqueza arquitectónica, avalada por una gran variedad formal, y por un sinfín de detalles decorativos (y por no ello menos útiles) que hacen de los palomares de la zona construcciones únicas en su tipo.
Lo primero que se tenía en cuenta a la hora de levantar un palomar era su situación, fuera o dentro del poblado, pero siempre orientado al mediodía para que el sol diera de lleno, algo al parecer imprescindible para las palomas.
Después venia la elección del modelo a construir porque las formas podían ser muchas: circulares, rectangulares, cuadrados… Una variada tipología a escoger según las preferencias del dueño.
En el interior hay mil detalles que cuidar, especialmente en los que se refiere a la disposición de los nidales. Estos se disponían en las paredes del palomar a tresbolillo y sus técnicas de construcción eran variadas ya fueran con adobe, vasijas de barro sin cocer, tablas o directamente excavados en el muro del tapia.
La puerta de acceso debía estar bien orientada, lo mismo ocurría con los huecos de paso para la entrada y salida de palomas.
Todo está pensando en función de la confortabilidad de las palomas, incluso la utilización de los materiales, aunque estos se eligen teniendo en cuenta los que se encontraban más cerca, es decir, el barro de nuestra Tierra de Campos, ya fuera en adobe o en tapial y con cubierta de teja árabe.
Una de las particularidades más interesantes del palomar es la riqueza formal que se manifiesta no solo en las apariencias exteriores, sino de modo especial en los interiores, dependiendo de la existencia o no de patio. Ello da lugar a una variedad verdaderamente asombrosa de tipologías, ya quesean cuadrados y con cubiertas escalonadas que desembocan o no en patios interiores (donde las palomas pueden tomar el son sin ningún peligro), ya sean redondo con el tejado desaguado aguas en el patio interior, etc.
MATERIALES
Reconocida a través de lo expuesto la personalidad del palomar como construcción típicamente agraria o rural y con un lugar propio dentro de lo que entendemos como arquitectura popular y sobre todo en la zona de Tierra de Campos, donde por sus especiales características geológicas y geográficas de meseta, los materiales de que se dispone el constructor rural son de una gran modestia, provoca que con carácter general toda la arquitectura popular que emana de la mano del maestro local sea necesariamente una arquitectura adaptada a una realidad física, como lo es el empleo de los materiales que más a mano tiene y que también le son más baratos, que en este caso es el barro, todo ello reforzado por el hecho de carecer de leña, lo que dificultaba la producción de ladrillos, dentro de la economía como tradicional en estas comarcas, que tendían siempre que ello fuese posible al autoabastecimiento.
Toda la Meseta Norte, dentro de la cual se encuentra inmersa la <<Tierra de Campos>>, está rodeada de cadenas montañosas y que fundamentalmente con su altitud media provoca gran parte de ella sea de clima extremado y de pobres recursos. Si a esto se añade la naturaleza del suelo, en gran parte arcillas, se explicará el porque de la adopción de conglomerados de barro como elementos primordiales en la edificación. Conglomerados de barro que quedan en exclusivamente, ya que la escasez de madera impide que se pueda pasar al escalón siguiente: la cocción.
Aunque el uso del tapial y adobe se extiende más haya de la Tierra de Campos, hasta zonas de Tierra del Pan y Tierra del Vino e incluso hasta los macizos montañosos y la Meseta Sur, sin embargo su uso exclusivo se llevo a cabo en la Tierra de Campos de forma masiva.
De esta forman y de forma con carácter general se puede establecer que toda la arquitectura popular y por este la arquitectura del palomar, se hace realidad a través de la utilización sistemática del barro como material base en dos formas esencialmente: el tapial y el adobe.
La primera forma de empleo el tapial, constituye sin lugar a dudas el hormigón elemental por excelencia, ya que formalmente goza de las mismas propiedades que cualquier tipo de hormigón, es decir su carácter formaceo. De ahí su perfecta maniobrabilidad plástica para resolver parámetros de cualquier tipo de trazado en planta, a lo cual hay que sumar sus magníficas condiciones antisonoras y térmicas. Constituye una utilización que podríamos llamar reiterativa del barro con una serie de aditamentos y procedimientos que descubrimos posteriormente, frente a la utilización del barro en su segunda modalidad, el adobe, que se diferencia del tapial en que en este caso la formación de fábrica se logra a través de la unión de piezas independientes, unidad también con el mismo material base hasta formar un todo isótropo en todas direcciones.
El tapial y adobe como materiales constituyeron la antitesis de la piedra en cuanto a sus condiciones de permanencia, necesitando por tanto un continuo cuidado para restaurar sus erosiones.
Dada la naturaleza del material aglomerado que es muy atacable por el agua, las construcciones siempre se plantean sobre un zócalo de piedra, que puede alcanza distintas alturas; sobre el se viene a asentar la fábrica de barro propiamente dicha en cualquiera de loas dos modalidades indicadas, si bien se da el caso de fábricas superpuestas de tapial y adobe, generalmente utilizando el tapial en las partes más bajas inmediatas al zócalo y el adobe el más alta.
La piedra, como material más escaso y también más caro, se viene a utilizar en aquellos puntos, donde por una necesidad constructiva es imprescindible su uso, como en el caso descrito de los zócalos en contacto con el terreno y también en aristas de construcciones y en reorcados de huecos, impostas dinteles, etc.
El empleo del ladrillo es escaso: en los remates de aleros en voladizos y en las protecciones o cubiertas de guardavientos, así como en la elaboración de los decorados y cenefas que adornan algunos palomares. También en ocasiones es utilizado en recercados de puertas principales de acceso, formando parte dinteles rectos o en arco.
El palomar, como componente singular del conjunto de la arquitectura del barro, indudablemente cumple estrictamente con las condiciones señaladas genéricamente, siguiendo de una forma muy ortodoxa toda la tecnología constructiva del barro mediante la utilización de todos los elementos descritos, tapial, adobe, piedra y madera, además de la teja árabe que sistemáticamente remata todo tipo de edificaciones en esta amplia zona de Tierra de Campos.
Pero además de la personalidad que de por sí tiene las construcciones de barro, el palomar adquiere un mayor valor plástico al considerarlo dentro del paisaje, con sus formas rotundas y simples, personalidad que en el caso del palomar aislado queda realzada por el protagonismo de su propia masa en un paisaje horizontal y despejado.
Una característica que generalmente llega a constituir un denominador común en casi todas las edificaciones, en el contraste que ofrece una formas casi siempre volumétricamente elemental (cilindro, prisma, pirámide, etc.) con una serie de remates y adornos en forma de cenefas, celosías, pináculos, etc., que casi sistemáticamente adornan las cumbreras y puntos altos de los palomares, cuya razón puede admitir más de una explicación ya que estos remates singulares podrían interpretarse como elementos para llamar la atención de las palomas en vuelo o bien como manifiesta Carlos Flores. <<Tanto los levantamos sobre una traza circular como los que se basan en planta poligonales, son a menudo pintorescos, más o menos ornamentados, provistos de remates o aditamentos que sus constructores hay preferido introducirlo pensando sin duda en aumentar su atractivo. Es curioso comprobar cómo el constructor popular, que con tan gran ahorro de elementos decorativos construye, en general su vivienda, se decide a introducir éstos en un tipo de construcciones sin duda alguno secundaria y que, como tales, no parecen infundirles el respeto que les merece aquella. Por otra parte no siempre el pintoresquísimo quedan que pueden ofrecer algunos de estos palomares es el resultado de un deseo consciente y premeditado de <<embellecer>>, sino por el contrario, consecuencia directa de la solución de diversos aspectos funcionales: multiplicidad de cubiertas, necesidad de perforaciones que permitan el paso de las palomas, etc., pero lo cierto es que muchos casos hay una preocupación de orden estético parece adivinarse en ellos.
TÉCNICAS
Las técnicas utilizadas en la construcción de la obra gruesa de los palomares de Tierra de Campos, como son los muros portantes o de cerramiento, así como los muros interiores para la formación de nidales, responde al empleo del tapial y del adobe, bien mediante la combinación de ambos.
Ello unido a la utilización de refuerzos en esquinas a base de piedra o ladrillo da lugar a una gran variedad de combinaciones en la utilización de los materiales básicos. No se considera la teja en estas combinaciones por ser un elemento que invariablemente es utilizado en las cubiertas.
A continuación pasamos a describir someramente las dos tecnologías básicas, la del tapial y la del adobe.
EL TAPIAL
Definimos el tapial como un conglomerado monolítico ejecutado en seria por un modelo <<in situ>> de un hormigón de barro apisonado.
Como primera pasa para la obtención de una fábrica de tapial resistente al paso del tiempo es fundamentalmente la preparación y composición de las tierras.
Debiéndose emplearse tierras arenosas graduadas con arcillas que actúa de conglomerado del 15 al 20% amasadas con agua, cuidando especialmente de que el contenido de agua no sea excesivo ya que en caso contrario la evaporización ofrecería un material poros, permeables al agua y consecuentemente deleznable al ser muy heladizo. De ahí que el contenido en agua para amasado no deberá superar el 12% en peso de la arcilla empleada.
Las tierras se amontonan en pequeños montones durante el otoño, para que durante el invierno sean atacadas por el agua, los hielos y el sol, haciendo que la misma vaya esponjando y perdiendo materia orgánica, conviniendo a la buena técnica de la tapiería que pase un año entero ante de la fabricación del tapial.
Las mejores tierras para tapiar son las arcillosas, capaces de adoptar taludes naturales próximos a la verticalidad y cuyo desmoronamiento previo es dificultoso.