En documento de 18 junio de 1288 se data la obligatoriedad que tenían las villas de Reliegos, Santas Martas, Villamarco, Valdeasneros, Escarbajosa, Penilla y Santa Cruz de presentarse al Concejo “con su señal y pendón”. Según la tradición, cada franja de seda, crespón o damasco correspondía a un premio otorgado por la participación en una batalla o hecho significativo en favor del rey, de la iglesia o de la nobleza. El pendón de Reliegos tiene seis franjas de seda roja y dos de color verde, unidas entre sí por galones bordados en hilo de oro. El color rojo era signo de realengo y el verde significaba pertenencia a un condado y, al parecer, estaba relacionado con la Reconquista, dado que el verde es el color del Islam. Hoy día se emplea en las fiestas y actos religiosos especiales.